BIENVENIDOS


Me he decidido a escribir en este blog lo que me dé la gana, porque me da la gana y para que lo lean a los que les dé la gana. Según una de mis decenas de teorías, la gente que nos escucha (a los que padecemos de verborrea), lo hace, en la mayoría de los casos, por amor o por educación. Los primeros nos quieren y no nos quieren hacer ver que somos unos pedantes aburridos y a los segundos no les parece políticamente correcto mandarnos a la mierda, por lo que se quedan a hacer que escuchan. En ambos casos, ninguno está prestando atención, por lo que la necesidad de comunicación de todos los pensamientos que bullen en mi cabeza no se ve completada. Por este motivo he decidido escribir aquí lo que me dé la gana, entre otras cosas, mis teorías, comentarios sobre el último libro que he leído (o el que leí hace meses) o cualquier otra cosa que me apetezca, para que lo podáis leer aquellos que decidáis hacerlo, es decir, a los que os dé la gana.
Eso sí, que yo siga escribiendo en él, no depende de cuantos lectores tenga... sino de que me dé la gana hacerlo.
¡Un abrazo a todos!

lunes, 7 de noviembre de 2011

NO SOY... ESTOY SIENDO.

Todos coincidiréis conmigo en que no sois gilipollas, ¿no? Bueno, alguno no estará de acuerdo, pero al tema… El caso es que en algún momento de vuestra vida habéis cometido un acto que os ha hecho exclamar ¡Soy gilipollas! Pero realmente no lo creéis, entonces ¿por qué lo aseguramos tajantemente cuando se trata de un tercero? La respuesta es sencilla. El lenguaje no ha evolucionado como nosotros. Seguimos utilizando las mismas frases hechas que hace mil años y ya carecen de sentido. ¿Cuántos de vosotros tiene esclavos? Ninguno. Hace mucho tiempo que nos dimos cuenta de que todos somos humanos, sin embargo cada día escuchamos y usamos frases del tipo: “Trabajo como un negro” o “Tengo tanto calor que necesito un negro que me abanique”. Si lo piensas bien, estas frases no tienen sentido en pleno siglo XXI. Pero dejando atrás el lenguaje sexista, racista y clasista, que me parecen obvios, quiero llegar a otro tipo de lenguaje, que utilizamos todos los días, sin darnos cuenta de que no solo es inexacto, sino que, en algunos casos, es insultante.


Partiendo de la base de que cada persona, cada individuo, no es una sola cosa, como nos gusta pensar, sino que está formado por cientos de características, es imposible decir que fulanito o menganita es gilipollas, absurda, buena persona, borde, estúpido, simpático. Sería más correcta la expresión “está siendo”, puesto que nadie es absolutamente nada, sino que sus actos le definen en un momento determinado. Lo que quiero decir es que si nosotros no somos gilipollas por habernos olvidado el abono del metro en casa, (en ese momento lo estamos siendo, pero no el resto de nuestra vida,) tenemos que aplicar la misma vara de medir a nuestros semejantes. La persona que te contestó mal al teléfono, probablemente es simpática con sus compañeros. ¿Se puede ser borde y simpática a la vez? Pues claro. Seguramente esa persona te contestó mal porque le afectaban condicionantes externos, un mal día, problemas de pareja, estaba cansada, o simplemente no había cagado. Esas cosas pasan, y nos pasan a todos.


¿Por qué nos molesta tanto en los demás lo que hacemos nosotros todos los días?


Yo me levanto algunos días melancólica, otros de mal humor, otros alegre y alguno exultante, así que en función de cómo me levante, como se me dé el día y/o otras mil causas ajenas a mí, me comporto de una manera o de otra ante la misma situación, luego no soy borde por contestar mal un día, ni soy simpática por sonreírte cuando te veo, simplemente estoy siéndolo.


Cuando seamos conscientes de lo que decimos, y la implicación que tiene, y cambiemos nuestra manera de hablar, será más fácil cambiar nuestra forma de pensar (o viceversa) y seremos un poco más libres.


Así que, ya lo sabéis… no sois, estáis siendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario