BIENVENIDOS


Me he decidido a escribir en este blog lo que me dé la gana, porque me da la gana y para que lo lean a los que les dé la gana. Según una de mis decenas de teorías, la gente que nos escucha (a los que padecemos de verborrea), lo hace, en la mayoría de los casos, por amor o por educación. Los primeros nos quieren y no nos quieren hacer ver que somos unos pedantes aburridos y a los segundos no les parece políticamente correcto mandarnos a la mierda, por lo que se quedan a hacer que escuchan. En ambos casos, ninguno está prestando atención, por lo que la necesidad de comunicación de todos los pensamientos que bullen en mi cabeza no se ve completada. Por este motivo he decidido escribir aquí lo que me dé la gana, entre otras cosas, mis teorías, comentarios sobre el último libro que he leído (o el que leí hace meses) o cualquier otra cosa que me apetezca, para que lo podáis leer aquellos que decidáis hacerlo, es decir, a los que os dé la gana.
Eso sí, que yo siga escribiendo en él, no depende de cuantos lectores tenga... sino de que me dé la gana hacerlo.
¡Un abrazo a todos!

viernes, 8 de julio de 2016

A DOÑA MANUELA CARMENA, ADIF, RENFE O A QUIEN TOQUE: CAMINOCABRAS


Por si no resulta ya bastante complicado volver al trabajo después de un permiso por maternidad, levantarse a las cinco de la mañana para darle la última toma de pecho a un bebé de escasos cuatro meses que apenas te ha dejado dormir y salir de casa rumbo a una oficina a hora y media de distancia, el viaje en lugar de culminar con una alfombra roja, lo hace con un camino de piedrecitas cortantes, tanto en el paseo como en las empinadas escaleras al más puro estilo “caminocabras”, y rodeado de un follaje que se mece con los movimientos de sus habitantes, entre otros, las ratas. Sí, las ratas de tamaño de un jabalí y los insectos que parecen helicópteros sobrevolándote y haciéndote sentir como un vulgar King Kong. Ese es el colofón de mi camino matutino y la forma en la que recibo el final de mi jornada laboral…


No estoy hablando de un camino poco transitado o ubicado en un pueblo perdido de la mano de Dios, estoy hablando del acceso a la céntrica estación de Chamartín. ¡Que se dice pronto!

Señora Carmena, por favor, los trabajadores de la zona se lo rogamos, haga honor a la canción “Con Carmenatodo va bien”   y adecente el camino, que en lo que va de semana me he cargado dos pares de sandalias con el dichoso empedrado y el sueldo no me da para más.  En la empresa nos exigen llevar un calzado más "apañao" que unas deportivas y me toca ir en pantalón de vestir o incluso con un vestido y enfundada con mis deportivas, mientras los zapatos de tacón hacen compañía al saca leches, biberón y neverita, además de varios útiles e inútiles que ocupan mi bolso y que me están dejando el hombro derecho para el arrastre…



Intente usted venir a trabajar todos los días medio dormida después de estar cuidando de un bebé toda la noche, con un quintal en el hombro, sobrepeso por los kilos ganados en el embazo, a hora y media de su casa y su bebé y ponerle de colofón un camino empedrado, empinado y habitado por animalitos hostiles. No le pido que lo ponga bonito, ni que se gaste un dineral, nos conformamos con que el suelo esté llano y no se nos claven las piedrecitas como si camináramos sobre cristales cual faquir, se aseé un poco los laterales del camino y se desaloje a los inquilinos indeseados, que ya harán otra ocupación.  Vamos, lo básico para que podamos venir a trabajar con dignidad y los zapatos enteros.






No voy a dejar pasar la ocasión sin comentar que no estaría mal que se apañase un poco la cosa como para que no se las vean crudas las mamás/papás con los carritos de los bebés y los discapacitados físicos, que no tienen ninguna manera de acceder por esa salida, teniendo que dar un rodeo de tres pares de narices para subir por una rampa de parking, también empedrada y en no muy buenas condiciones, aunque esa ya será otra lucha…

Muy agradecida por su atención,
LQMDLG