BIENVENIDOS


Me he decidido a escribir en este blog lo que me dé la gana, porque me da la gana y para que lo lean a los que les dé la gana. Según una de mis decenas de teorías, la gente que nos escucha (a los que padecemos de verborrea), lo hace, en la mayoría de los casos, por amor o por educación. Los primeros nos quieren y no nos quieren hacer ver que somos unos pedantes aburridos y a los segundos no les parece políticamente correcto mandarnos a la mierda, por lo que se quedan a hacer que escuchan. En ambos casos, ninguno está prestando atención, por lo que la necesidad de comunicación de todos los pensamientos que bullen en mi cabeza no se ve completada. Por este motivo he decidido escribir aquí lo que me dé la gana, entre otras cosas, mis teorías, comentarios sobre el último libro que he leído (o el que leí hace meses) o cualquier otra cosa que me apetezca, para que lo podáis leer aquellos que decidáis hacerlo, es decir, a los que os dé la gana.
Eso sí, que yo siga escribiendo en él, no depende de cuantos lectores tenga... sino de que me dé la gana hacerlo.
¡Un abrazo a todos!

viernes, 2 de diciembre de 2011

ELLAS

Verónica llegó a mi vida en un momento especial. Ella quería ser escuchada y yo estaba allí para  hacerlo. Se metió en mi cabeza, esbozando una historia de dolor y de miseria: su historia. Me poseyó (sí, esa es la palabra) de tal manera que no podía pensar en otra cosa. Las palabras fluían entre mis dedos como si fueran parte de mí, pero no lo eran, era su historia. En cuestión de pocas semanas escribí las primeras cincuenta páginas de su vida, porque ella me las había contado. Verónica es joven, y aunque ella piense que está de vuelta de todo, todavía le queda mucho por aprender. Ella es un alma atormentada, una persona que ha sufrido mucho y, como tal, le cuesta mucho abrirse a los desconocidos. Pensó que sería más fácil contármelo todo a mí, que casi no me conocía, aunque formara parte de mí, pero se equivocó, y ahora se encuentra en un pueblo inexistente, rodeada de sus nuevos conocidos y sufriendo por él, por aquella persona que le arrebato lo poco que le quedaba, y no se atreve a contarme lo que paso después. No sé si es por falta de ganas, o por esa volatilidad que caracteriza a las personas de su edad, pero no sabe como continuar contándome su historia.
Verónica es una chica con carácter, madura en algunos aspectos, debido a todo lo que ha tenido que sufrir, pero la vida le ha negado lo más importante, y por eso, a veces, es como una niña inocente. Es en esos momentos en los que Verónica, que habitualmente parece que se va a comer el mundo, se apaga como una vela con una ráfaga de aire y no quiere hablar, no quiere contarme su historia.
Yo sigo esperando a que ella tenga a bien relatarme lo que aconteció en Hestia, en ese pueblito perdido de la mano de dios, y tendré toda la paciencia del mundo, porque sé que, tarde o temprano, terminará hablando, metiéndose de nuevo en mi mente y obsesionándome hasta que no pueda pensar en otra cosa más que en su vida, en sus amigos y todo lo que pasó.
Mónica por el contrario, es una chica abierta, espontanea y sincera, que se colaba por las noches en mi casa y me susurraba su historia mientras dormía, de esta forma, estuve enterada de todo lo que pasó, y pudimos escribirlo juntas, hasta el final y sin poder parar de hacerlo hasta que no estuvo terminado.
Ellas son mis dos grandes amigas, juntas hemos hecho lo que jamás pensé que podría hacer y  no sé si tengo que agradecérselo u odiarlas por ello, por meterme en un mundo del que ahora no sé salir, sin el que no puedo vivir. Vivo obsesionada, o apasionada, como queráis, buscando, anhelando, cada día, el momento de coger el papel (el Word, si queréis) y escribir sus historias y las de tantas otras personas que están a la cola, sabiendo a cada segundo, que jamás viviré tanto como para escribir todas esas vidas que me son susurradas al oído, y con la absoluta certeza de que mi alma se consume de pena por no poder ver estas vidas en manos de todos vosotros.
Y si en algún momento podéis ser testigos de sus vidas, juzgadme por el estilo, por la gramática o cualquier tema técnico, pero en ningún caso por las historias porque, ya os he dicho que yo no soy su dueña: ellas nacieron solas.
¡¡Un abrazo!!

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